Capítulo.-9
Don Zacarías en el Ministerio de Sanidad.
Pensando en el viaje que Don
Zacarías realiza hoy y con el fin de desearle lo mejor en su visita a la Sra.
Ministra, mucho antes de la salida del autobús que le va a trasladar a Madrid,
me he acercado a la estación.
No habían pasado más de
quince minutos de espera, cuando divisé a Don Zacarías acompañado de dos gatos
negros como el betún, que le ayudaban a transportar el equipaje.
Los tres iban vestidos adecuadamente, pero el que
destacaba era Don Zacarías con su traje a rayas azules y blancas, corbata roja,
pañuelo rojo en el bolsillo superior de la chaqueta, haciendo juego con la
corbata y en el ojal de la misma un capullo rojo recién cortado, sus zapatos
negros estaban recién lustrados, pelo engominado y peinado hacia atrás, tal era
su aspecto, que hasta parecía que fuera de mejor familia.
Me he despedido de él, con
mis mejores deseos de que todo le salga bien y me ha recordado que la
continuación de la lectura de la declaración de Don Patrocinio sería
conveniente terminarla hoy a la hora habitual y en ello hemos quedado.
He pasado todo el día
pensando en cómo le iría a Don Zacarías por Madrid, llegada la hora de la
lectura, me dirigí al refugio, al mismo tiempo llegaba el autobús en el que Don
Zacarías y sus acompañantes regresaban de entrevistarse con la Señora Ministra
y por la cara que tenían creo que no todo había salido bien.
En silencio nos hemos
dirigido al refugio y a la entrada del jardín, ha despedido a sus acompañantes
al mismo tiempo que se aflojaba la corbata, ha bajado a paso ligero al refugio,
ha tomado asiento en su lugar habitual y tras imponer orden a los pericos que
andaban molestando al cuervo dijo:
Señores de todos era
conocido que hoy viajaba a Madrid con el fin de entregarle a la Señora ministra
una protesta por escrito acompañada de más de un millón de firmas recogidas en
nuestra comunidad, en la citada protesta, le hacemos saber que toda la
comunidad de gatos nos sentimos discriminados con la actual Ley vigente sobre
violencia de género, frente a nuestras compañeras.
En el momento que hemos
llegado al Ministerio de Sanidad, hemos pedido audiencia, hemos sido recibidos
de inmediato, y apenas habíamos entregado las firmas a la Ministra nos ha
mandado acompañados de un ujier a la Secretaría de Igualdad, donde nos hemos
entrevistado con la actual Secretaria Doña Bibiana Aido, la cual ha ordenado
que inmediatamente se nos vacunara de todo lo habido y por haber y nos han
colocado un chips en el cual constan todos los datos para nuestra correcta
identificación, dolorido estoy de tanta vacuna, sinceramente creo que de esta
tropelía que conmigo, la Señora Secretaria de igual-da ha cometido, que no sé
el tiempo que voy a tardar en recuperarme. Acto seguido nos trasladaron a un
espacioso comedor donde nos agasajaron con varios tipos de piensos, entre ellos
destacaban de los demás, los de sabor a ratón colorao y sobre todo el novísimo
con sabor a faisán, dio orden de que se nos envíe todos los meses la cantidad
suficiente de piensos con sabor a ratón faisán, pues allí los gatos optan
últimamente por el pienso con el nuevo sabor a faisán, cuya fórmula ha sido
inventada por el Sr Ministro del Interior hace unos años y hasta ahora ni los
Jueces han conseguido que el Sr. Rub Al Cabra revele.
Llegada la hora de nuestro planteamiento
sobre la Ley de violencia de género, nos ha soltado tal sermón, que ni el de la
montaña, dándonos a entender que es la mejor Ley que sobre esta materia se ha
legislado nunca y que sería conveniente que todos los países tomasen nota de
ella. En este punto fuimos despedidos con toda cortesía y volvimos a una nueva
reunión con Doña LEIRE PAGUÍN, a la cual planteamos la cuestión del nuevo
proyecto de Ley sobre igualdad de trato, a lo que nos respondió que pondrá todo
su empeño para sacarla adelante en lo que resta de legislatura.
Veamos –le dije- si a mis
dos acompañantes un día los llamo negros, una vez que esa Ley sea aprobada y
esté en vigor si me denuncian por haberles calificado de esa forma, es decir,
llamarles por su color, tengo que demostrar yo que tal cosa no es cierta?
Exactamente, ese es el
espíritu de esta Ley, que el acusado corra con la carga de la prueba.
Llegados a esta situación,
le comenté que toda las hierbas que cultivaba Lázaro las había recogido de
madrugada del contenedor al que las arrojamos, las seque convenientemente, las
prensé y se las regalaba, pues posiblemente les fuesen más beneficiosas,
fumándolas, a la hora de legislar que los brotes verdes aparecidos en La
MONCLOA Y QUE AHORA ES LO QUE EL GOBIERNO EN PLENO FUMA, ASÍ ES QUE SE LAS
REGALO POR LO QUE ESTÁ HACIENDO POR LÁZARO.
En caso de que usted saque
adelante la Ley de Igualdad de trato y si un día tengo que correr con la carga
de la prueba por haberlos llamados negros, para mi será fácil, les doy una mano
de cal a los dos y tengo el problema resuelto, a ser posible se la doy de cal
viva, para que no pasen frio. Llegados a esta situación, saqué el capullo rojo
que llevaba en el ojal de mi chaqueta, se lo entregué y al mismo tiempo le
dije: cuando V.I. vea a nuestro presidente zETAparo se lo entregue de mí parte
y le pregunta con toda la amabilidad y cortesía del mundo si se siente
identificado con él. Hasta la vista Señora, no creo que tarden ustedes mucho en
el recuento de los votos de su partido el 22 de Mayo y menos en contar los de
las próximas elecciones generales.
Señores, no va más, tanta
vacuna en un mismo día es insoportable, dejamos la segunda parte de la
declaración de Don Patrocinio hasta nueva orden, primero tengo que recuperarme
y ya la leeremos.
Así es que os ruego, es
decir, os ordeno que os retiréis todos a dormir sin hacer ruido, para no
molestar a los vecinos.
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