lunes, 16 de abril de 2018

Capítulo.-51 El encinar revolucionado.


Capítulo.-51
El encinar revolucionado.

Durante el pasado campeonato europeo de futbol, las lecturas fueron suspendidas con el fin de que todo el mundo que quisiera pudiera ver los partidos por televisión en la sala de video conferencias. Si era la selección de Portugal la que jugaba contra otra selección, todos aparecían vestidos con el uniforme de la mencionada selección, todos ellos pintados con la bandera Portuguesa en diversas partes de su anatomía. Si era la selección Española la que se enfrentaba a otra de las participantes en el campeonato, ocurría lo mismo todos vestidos con el uniforme de la selección Española e igualmente pintados con la bandera de España. Los problemas surgieron el día que se enfrentaron ambas selecciones, ese día cada uno vestía  con el uniforme de su Nación y portaban pintadas infinidad de banderas en su anatomía e incluso eran más grandes que en los demás días. Entraron ya separados los gatos Españoles de los gatos Portugueses, cada grupo llevaba un portaestandarte con su correspondiente bandera y se sentaron separados, a la máxima distancia que la sala de video conferencias permitía. Ante tamaño acontecimiento, Don Patrocinio que había previsto lo que podía ocurrir entre las dos aficiones, se sentó en el centro, a una distancia equidistante de los dos grupos. Se habían repartido bandejas repletas de los afamados piensos “FAISÁN” a los dos grupos y a Don Patrocinio su comida preferida, se le habían dejado dos rollos de alambre de espino acerado. Sabedor de lo que podía llegar a ocurrir, pidió que le trajeran otros cuatro rollos más, estos cuatro no eran para comérselos, sino para extenderlos adecuadamente entre los dos grupos con el único fin de evitar alguna desgracia entre las dos aficiones en caso de que los ánimos se exaltasen en demasía en alguna jugada dudosa. Durante el partido hubo varios penaltis según la afición portuguesa a favor de su selección y que el árbitro se había comido y por parte de la afición de gatos españoles me pareció que decían que el árbitro se había comido algunos más a favor de la selección de España.
Don Zacarías ordenó al mejor porquero psicólogo  –Eumeo- que estuviera muy pendiente de Don Patrocinio en caso de que abandonara la sala, pues al ritmo que iba comiendo el alambre de espino, puede que saliera a hacer un pis. Si lo ves que sale –le dijo- lo acompañas y que haga pis en el estanque de agua que para sus pises tenemos preparado, no sea que se nos despiste y nos seque alguna de las majestuosas encinas.
Don Patrocinio ha asistido al partido adecuadamente vestido con el fin de no  tomar partido por ninguna de las dos aficiones, pues para él todos son sus empleados.
Una vez que el partido terminó con el resultado de todos conocidos y en el que España se impuso en la tanda de penaltis, Don Zacarías se dirigió micrófono en mano a todos y de la mejor forma que pudo felicitó a todos los asistentes, a unos por la victoria y a los otros por el valor, esfuerzo y tesón que habían puesto en el partido sus representantes. Además dijo a la afición portuguesa que la culpa de que hubieran perdido de forma tan honrosa, pues cara la habían vendido, no era de ninguno de los jugadores contendientes, la culpa es de la Carbonero, la novia de Casillas, que a buen seguro, y como periodista a pie de campo, habría distraído con su belleza a los jugadores portugueses en el momento de lanzar los penaltis, pero sobre todo esto - continuó- es que tiene sometido a Iker a un curso intensivo, en el cual le entrena en la forma adecuada,  para parar dos balones al mismo tiempo.
Ya fuera de la sala, las dos aficiones, han quedado en jugar un partido de futbol entre ellos el próximo día de descanso, todo ello con el fin de limar asperezas y confraternizar.

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