lunes, 16 de abril de 2018

Capítulo.-28 Don Zacarías de cocinero



Capítulo.-28

Don Zacarías de cocinero



Los análisis efectuados por el veterinario, a la garrapata que Don Zacarías tenía detrás de la oreja, no han podido ser mejores, esta mañana me comunicó que por fortuna eran negativos, es decir, la garrapata no estaba infectada de ninguna de las enfermedades de las que suelen ser portadoras, pero no todas las noticias eran buenas, Akila había tratado de confrontar al mismo tiempo todas las declaraciones hechas hasta el momento,  las de las dos testigos y las cinco realizadas por Bibiana Ahuído, la realizada en comisaría en el momento de poner la denuncia, la del día siguiente en el juzgado de violencia de género, donde se ratifica en lo denunciado en comisaría, la realizada ante la Guardia Civil el día de autos, la realizada en el mismo Juzgado de violencia de género a instancia del Letrado Sr.  Mínguez y la realizada como consecuencia de la querella que Patrocinio le ha interpuesto por denuncia falsa. En opinión de Don Zacarías había cometido un error de bulto al tratar de resolver el galimatías que forman en conjunto tantas declaraciones, pues el único resultado que había obtenido era un dolor de cabeza, tan fuerte, que  estaba en lo rayano,  de que pudiera quedar afectado de forma crónica de migraña.
Abajo en el refugio se encuentra –continuó contándome- acompañado de Patrocinio, que de vez en cuando le suministra una tortilla de aspirinas, ya hasta he perdido la cuenta, no sé si esta noche he hecho una decena de ellas o una docena, lo peor no ha sido el dineral gastado en comprar una caja de tamaño hospitalario que como sabrás contiene quinientas cajas de las que normalmente suelen recetar los veterinarios, lo peor ha sido estar al lado de la lumbre cocinando, con el calor que esta desprende y el que hace este mes de Agosto, he sudado mucho y he tenido que hidratarme constantemente, cinco litros de leche he ingerido, jamás pensé que se podía tomar tanta leche en una sola noche, he tenido que atizar la lumbre y de tanto andar con los tizones, estoy tan sucio que más que un cocinero, parezco un carbonero.
Bajemos a verlo –dije- a ver si se recupera y le comentaré que no trate de compararlas todas al mismo tiempo, sino que las compare una con otra o a lo sumo una de ellas con otras dos, hasta que consiga aclararnos algo sobre ellas, cosa que yo personalmente veo difícil, pero el experto es él y creo que al final lo conseguirá.
Cuando hemos bajado a visitarlo al refugio se encontraba recostado en unos cojines, la cabeza tapada con otro cojín, pues la luz le molesta en demasía - según nos ha comentado- se encuentra relativamente bien en comparación con los terribles dolores sufridos en un primer momento, le ha agradecido a Don Zacarías el interés puesto en su recuperación y en el buen hacer como cocinero de tortillas de aspirinas.
Sería conveniente –prosiguió Akila- que esta noche leyeses la querella que el Sr. Mínguez, en representación de Patrocinio ha presentado en el Juzgado, pues puede que me sirva para entender mejor este complicado asunto y hoy me gustaría descansar y dormir adecuadamente, para estar en la mejor forma posible cuando realices la lectura de la citada querella.
Siendo eso lo que quieres –dijo Patrocinio- no se hable más del asunto y duerme el tiempo que necesites para que te recuperes satisfactoriamente, mientras, Don Zacarías y yo trataremos de averiguar y si es posible localizar al propietario del encinar que se divisa en la lejanía, pues he observado que las encinas están cargadas de excelentes bellotas y estoy muy interesado en alquilarlo por no menos de diez años, pues por lo que he calculado, a ojo de buen cubero, tiene la extensión aproximada que más conviene a mis intereses, el interés que tengo en su alquiler, no es otro que ampliar mis negocios y he pensado que podría criar adecuadamente en ella varias piaras de cerdos ibéricos, calculo que con un millar de ellos obtendría las pieles necesarias para poder aumentar la producción de botas de alta calidad en mi negocio, eso sin contar los excelentes jamones y demás derivados que obtendría de ellos, como pueden ser los lomos para embuchar, pues el cerdo es un animal del que se puede aprovechar todo y conozco criadores de ellos que se están enriqueciendo a más no poder y como ya os he comentado mi mayor interés son las pieles, pero sin desdeñar la carne que de ellos puedo obtener y que tan buenos y pingües beneficios pueden reportarme, para un mejor aprovechamiento de la finca lo más conveniente sería formar diez piaras de cien ejemplares cada una, con su correspondiente cuidador, al que en lenguaje castizo conocemos como porquero, pero antes es necesario  localizar al propietario del encinar con el fin de alquilarlo, cosa que conseguiré preguntando a cualquier gato anciano del lugar y creo que el alquiler no me saldrá caro, pues se la ve abandonado y si llego a un acuerdo razonable con el propietario, una vez localizado, los dos saldríamos beneficiados, incluso hasta vosotros podríais sacar algún € si el negocio llegara a buen término.
No, no, yo no voy –dijo Don Zacarías- José Luis y tú acercaros a la finca colindante y preguntarle al dueño de ella, pues mejor que este no creo que sepa nadie quien es el propietario del encinar, mientras, yo voy a preparar otro par de tortillas de aspirinas por si fueran necesarias y de paso ordenó a los tres pericos y al mirlo que sobrevolasen el encinar con el fin de tener un informe completo de él, les ordenó que a la vuelta le informaran del tamaño de las encinas y si estaban cargadas de buenos y abundantes frutos. Yo permaneceré con Akila, pues no quiero, que un invitado mío, se encuentre desamparado en ningún momento y menos cuando su salud no es la mejor. A la hora de la comida, espero que esté totalmente recuperado y pueda acompañarnos al restaurante “El Corral” y esté con ánimos suficientes para despacharse un buen chuletón. Así es que todo el mundo a sus quehaceres con la mayor diligencia.
Todos nos pusimos en marcha con la mayor rapidez, Patrocinio y yo nos acercamos a ver al propietario de la finca colindante al encinar, quien nos dio razón del domicilio y teléfono del dueño del encinar, concertamos una entrevista con él a media mañana en el mesón y en él y ante un buen rioja Patrocinio y Don Kerkus, pues así se llamaba el dueño del encinar, un noble y venerado gato, ya entrado en peso y edad, llegaron al acuerdo que el contrato del alquiler del encinar, sería por tiempo indefinido, la forma de pago sería a cuenta de los beneficios que se obtuvieran de las cortas a realizar en las encinas, pues hacía más de treinta años que no se podaban, Patrocinio correría con todos los gastos de la limpieza de las encinas y a la hora de vender la leña, el diez por ciento sería para Don Kerkus y el noventa por ciento restante para Don Patrocinio, además de la corta que se realizase tenía que proveer de abundante leña al dueño del encinar con el fin de tener provisión de ella para la calefacción y la que necesitara para otros menesteres en su domicilio, pues los fogones de su cocina funcionaban con leña, todos los meses le proporcionaría un cochinillo y llegada la época de la matanza le donaría el cerdo que Don Kerkus eligiera, la cerca electrificada del encinar está perfectamente y como mucho hay que recargar las baterías, a cambio de todo esto puedes tener en montaraza, no mil cerdos, puedes tener si lo deseas hasta diez mil, pues hay tal cantidad de encinas y alcornoques que puedes alimentar a todos ellos sin necesidad de gastar nada en piensos, cosa que por lo demás no es conveniente, pues para tener un buen jamón ibérico, el cochino, solamente debe alimentarse de lo que haya en el campo durante todo el año. Puestos de acuerdo los dos en las condiciones del arrendamiento del encinar estrecharon sus garras fuertemente y el contrato quedó sellado a la antigua usanza, un pacto entre caballeros y en el momento de la despedida Don Kerkus entregó a Patrocinio un manojo de llaves, cada una de ellas perfectamente identificada, de las cochineras, de las naves, de la casona solariega que en la finca había y que tenía más de quince habitaciones y otros tantos cuartos de aseo, con la cocina perfectamente equipada y anexa a la casona solariega, una nave con todo tipo de herramientas, listas y en perfecto estado para poder hacer uso de ellas en cualquier momento.
Una vez sellado el pacto entre caballeros Don Kerkus se despidió de nosotros, no sin antes desearle a Patrocinio el éxito en el nuevo negocio que emprendía.
De vuelta al refugio hemos encontrado a Akila como nuevo, su dolor de cabeza había desaparecido y estaba comiendo un par de bolas de piensos con sabor “FAISÁN” que hicieron el efecto que ya conocemos, de forma inmediata, los pericos y el cuervo le confirmaron a Patrocinio todo lo que Don Kerkus había dicho, pues los edificios no se veían hasta que no estabas encima de ellos debido a la cantidad de maleza y al espesor de las encinas y alcornoques, también hay lodazales en varias zonas de ella y agua en abundancia por doquier.
Patrocinio, conocedor de la profesión de Lázaro, lo contrató de capataz de los gatos leñadores que contrataría para entresacar las encinas de las ramas sobrantes, pero le obligó a firmar un contrato en el cual y en una de sus clausulas constaba que no podía sembrar absolutamente ninguna planta sin su previa autorización. A cambio recibiría todo el alpiste que necesitase para una adecuada alimentación y el uno por ciento de todos los beneficios que se obtuviesen de la explotación de los porcinos, después de deducidos todos los impuestos correspondientes con los que alimentamos a tantos parlamentos con sus correspondientes políticos y a todos aquellos que el Gobierno quiera subvencionar.
Contrató en las mismas condiciones a Froilán, a Antonio y al cuervo, estos con la misión de tener controlados todos los movimientos que las diez piaras de cerdos realizasen y el control de la valla electrificada por si en un momento determinado sufriera una posible rotura y el control de que las baterías estuviesen siempre en las debidas condiciones, con mi previa autorización contrató a Cora con el fin de que controlase en secreto a los futuros porqueros que pensaba contratar, advirtiéndole que el control que de ella esperaba y de los informes que le tenía que proporcionar a él semanalmente, le informaría en privado.
A mí me contrató para que le llevase la contabilidad, con sus balances trimestrales y el balance de fin de año. A cambio de estos servicios tendrás un buen sueldo que de momento dejamos sin especificar, pero con la garantía de que no te quejarás de tus ganancias.
A mi amigo Don Zacarías Moro Moro si le interesa, le pondré al frente de la explotación. Zacarías dime si estás dispuesto a ello.
Dispuesto estoy y con ganas de que comiences a traer los cerdos a la montanera, para que cuando empiecen a caer las primeras bellotas no se desperdicie ninguna.
Antes –contestó Patrocinio- tengo que contratar porqueros especializados, pero para ello me tengo que poner en contacto con mi amigo J. Nuevo, que es en la actualidad director de una reputada empresa de empleo temporal, para que me seleccione el personal adecuado y que cumplan unos criterios muy estrictos, tengo conocimiento que en la actualidad en algunas granjas de vacas les tienen puesta música relajante y con ello han conseguido aumentar en un alto porcentaje la producción de leche, en Japón hay granjas de cerdos que con la misma música han conseguido aumentar el engorde de estos dándoles la misma cantidad de piensos, pero con el cerdo en montanera, esto no es posible y tengo decidido que J. Nuevo me seleccione diez porqueros que deben de cumplir dos requisitos imprescindibles, que sean gatos licenciados o doctorados en Psicología, quienes  psicoanalizarán y darán charlas a los gorrinos diariamente, con el fin de que lleven una montanera de lo más tranquila, pues estoy convencido que con este método las pieles que de ellos voy a obtener alcanzaran una suavidad en el momento de curtirlas que hasta este momento jamás se ha conseguido, pero lo ideal serán psicólogos que el practicum de fin de carrera lo hayan realizado al lado de un psicólogo de los que trabajan en los juzgados de violencia de género, estos requisitos son imprescindibles para optar a porquero de cualquiera de mis piaras de cerdos. En dos días posiblemente me seleccione un par de docenas de ellos a un precio que no llegan ni a mil euristas.
Ahora –prosiguió Patrocinio- os invito a comer en uno de los reservados del mesón-restaurante “El Corral” unos chuletones de buey que tengo encargados desde hace unos días, pues eso y no otra cosa es lo que necesitamos y sobre todos nosotros Akila es quien más lo necesita, pues le veo alegre y recuperado de la terrible jaqueca sufrida en el desempeño de su trabajo.
Zacarías date un lavado en el jardín y ponte tu traje de rayas azules y blancas, pues en tu nuevo cometido esa será tu vestimenta habitual, tu contrato es especial y es uno de los muchos requisitos que deberás cumplir en tu nuevo cometido. Durante la comida te explico cómo funciona tu contrato.
Antes de nada hay que surtir los comederos de los pericos –dijo Don Zacarías- y surtir de insectos y alguna lombriz que otra al cuervo, me ducho y me visto adecuadamente.
En menos de treinta minutos ya ocupábamos los respectivos asientos en el reservado del restaurante y en lo que despachábamos los chuletones Patrocinio explico a Don Zacarías el contrato que estaba dispuesto a firmarle, es un contrato que se usaba en la antigüedad, posiblemente los griegos y los romanos ya conocieran este tipo de contrato, pero al mismo tiempo es efectivo y te obliga a esmerarte al máximo en que los cerdos reciban por parte de los porqueros-psicólogos la mejor y máxima atención, con el fin de que engorden durante la montanera el máximo posible, para que esto sea posible te sub arriendo el encinar en las mismas condiciones y términos en que yo se lo he alquilado a Don Kerkus, a partir de este momento el encinar es como si fuera tuyo y yo te entrego los mil cerdos de pura raza ibérica que ya tengo apalabrados con un criador de ellos de la localidad de Jabugo, en la provincia de Huelva, una vez que los cerdos estén aquí, los pesamos en conjunto, pasada la montanera y a la hora de llevarlos al matadero, los volvemos a pesar, la unidad elegida para el peso será la arroba y te pago en función de las arrobas que hayan ganado en su peso y en función del precio que en ese momento se dé en el mercado en la compraventa de cerdos ibéricos, es decir, si han ganado una gran cantidad de arrobas en su peso, que determinaremos en el momento de pesarlos para su venta, más euros ganarás, pues a mí lo que me interesan son las pieles para mi industria de calzado, este tipo de contrato Zacarías se le denomina “contrato de reposición” en casi toda España y la mayor parte de Portugal, donde me parece que no se le denomina así es en Extremadura, en esa comunidad me parece que este tipo de contrato se le denomina contrato “Conlloc”, pero no me hagas mucho caso en esto, pues ya sabes que el Derecho no es mi fuerte, lo mío es calzar gatas de mucho postín y de la más alta alcurnia. Quiero que aceptes este contrato, pues es la única forma que tengo de garantizarme  que los porqueros-psicólogos, esos que vi en el juzgado, que no pegaban un palo al agua, los vas a obligar a estar pegando palos a las encinas, vareándolas durante toda la montanera con la finalidad de que no queden bellotas en las encinas ni en los alcornoques y sean consumidas todas por los cerdos y así engorden el máximo posible, solamente advertirte que cuando alguno de esta profesión nueva que he creado, porquero-psicólogo, tenga que varear un alcornoque, bajo ningún concepto puede arrimarse al tronco del árbol, esa va a ser una de las misiones que le encomendaré a Cora y a Tony, Tony es el perro de mi amigo Andrés, que me ha prometido que durante la montanera me lo presta desinteresadamente y es toda una fiera, te ruego encarecidamente que no corras el riesgo  de que los porqueros-psicólogos se arrimen al tronco de los alcornoques y no dudes en azuzarles los perros si es necesario pues si se diera el caso de que alguno de ellos se arrimase al tronco del alcornoque, no distinguirías quien de los dos es el autentico alcornoque.
Terminada la comida y pagada la factura nos hemos ido a dormir la siesta, la lectura de la querella puesta por el Letrado Sr. Mínguez en representación de Patrocinio, queda en suspenso hasta la vuelta de Patrocinio, pues esta tarde va a la empresa de empleo temporal con el fin de que su amigo le contrate los porqueros-psicólogos y acto seguido emprende viaje para Jabugo con el fin de supervisar el embarque de los cerdos en los camiones que los van a transportar y realizar los pagos correspondientes, de esta forma Akila estará totalmente recuperado a su vuelta y él no se pierde la lectura, calcula que en menos de dos días el personal para el cuidado de los cerdos estará seleccionado por su amigo J. Nuevo y en tres los cerdos ocuparan su lugar en el encinar.
Se ha despedido de nosotros y ha rogado que a medida que vayan llegando los porqueros-psicólogos, Don Zacarías los vaya instalando en la casona solariega del encinar y sean tratados con el debido respeto, para alimentos y utensilios de limpieza e higiene personal, me ha entregado seis mil euros, rogándome que compre todo lo que se necesite, pero que como contable y para la mejor marcha del negocio, que no se me olvide pedir la correspondiente factura por ínfimo que sea el gasto realizado.
  







































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