Capítulo.-58
Entrevista a Don Patrocinio.
Debido
a las altas temperaturas que en estas fechas se dan en el encinar, todos salen
a las tareas, que Don Zacarías les encomienda, a las cinco de la madrugada y
aunque no las hayan terminado y debido al calor asfixiante que tan mal sienta a
los gatos, tienen orden expresa de estar de vuelta, como muy tarde, a las diez
de la mañana. Orden dada por escrito a cada uno, de forma individual, de esta
orden han tenido que firmar una copia, que ha quedado archivada en los
registros correspondientes.
Hoy
y debido a la citada orden, todos estaban de vuelta a la hora señalada y
después de una limpieza esmerada, todos están formando grupos a la sombra densa
de las encinas, charlando entre ellos de los más variados temas.
Después
de una comida digna del gato más sibarita, regada con buenos caldos de Burdeos
han dormido una buena siesta, para así compensar las madrugadas. Llegado el
atardecer y como es habitual, todos han asistido a las lecturas en la sala de
vídeo conferencias, pues hoy y debido a lo reducidas que son, Don Zacarías
desea que se lean dos, aprovechando el intervalo de tiempo entre una y otra
para preguntar a Don PATROCINIO por diversas cuestiones, a modo de una corta
entrevista.
La
primera de las lecturas ha corrido a cargo de Don PATROCINIO, a quien se le
veía una cara sonriente cuando nos la estaba leyendo, una sonrisa socarrona
diría yo. La segunda de las lecturas no se realizó.
La
lectura que Don PATROCINIO hizo dice:
AL JUZGADO
DE INSTRUCCIÓN NÚMERO DOS DE ZORROS MONDIGO.-
Don PATROCINIO HERRERO
ZAPATERO, mayor de edad, soltero,
vecino de esta ciudad, con domicilio en C/ Gatos para Saltar, nº 41, como mejor
en derecho proceda, ante el Juzgado comparezco y DIGO:
Que habiéndose señalado para
el día de hoy, a las trece cuarenta y cinco horas, la vista oral en autos
de juicio de faltas nº 155/2.009, solicito la suspensión de la misma debido a
que, por las dolencias que padezco, tal y como resulta del parte médico que
acompaño, me resulta imposible asistir a la misma.
En su virtud,
SUPLICO AL JUZGADO: Que habiendo por presentado este escrito y documento
acompañado, se sirva admitirlo; unirlo al expediente de su razón y acordar la
suspensión de la vista oral y su señalamiento para una fecha posterior.
Zorros
Mondigo, a 9 de noviembre de 2.009.
Firmado.
Sr. HERRERO ZAPATERO.
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Terminada
la anterior lectura el primero que tomó la palabra fue el Chamán, quien le
recomendó unos compuestos a base de varias hierbas, compuesto genuino –dijo
este- no como los medicamentos genéricos que ahora y por culpa
de todo el arco parlamentario español, sindicatos, partidos políticos,
banqueros, los diecisiete parlamentos autonómicos que tenemos en este País y
demás ladrones que nos mal gobiernan; la ministra de sanidad, si a
ese espantapájaros se le puede llamar ministra, obliga a recetar
a todos los curanderos y veterinarios.
Le
respondió que ahora no padece de ningún tipo de dolor y por lo tanto en este
momento no lo necesita, pero no obstante le quedaba muy agradecido por su
ofrecimiento.
Eumeo, el porquero psicólogo, tomó la palabra diciendo: Visto el
parte médico que Usted adjunta con el escrito, leída la carta que Leire remite
al Juzgado y como licenciado en psicología que soy, bajo mi punto de
vista profesional, le pregunto: ¿No le parece a Usted que era un dolor
sumamente sospechoso?, pues he observado que durante la lectura, Usted
tenía una sonrisa de oreja a oreja.
La
respuesta fue: Buena pregunta esa, pasemos a la siguiente.
Tomó
la palabra Don ZACARÍAS y le preguntó que ante tan terribles dolores como los
padecidos ese día y visto el parte médico que adjunta con el escrito. ¿Qué le
fue mejor para ellos, la ingesta de buenos reservas del 98 o los medicamentos
recetados por el galeno?
A
esta pregunta contestó que una vez entregó el escrito en el juzgado, al que el
conductor de la ambulancia tubo la cortesía de acercarlo y como pago al favor
que le hizo acercándole a este, se instalaron los dos ante una mesa de una
buena bodega y a la tercera botella de unos buenos reservas del 98, pues según
el Galeno, le irían muy bien para expulsar las arenillas del riñón, y un par de
quesos que acompañaron al vino, los dolores cedieron en su totalidad. Las
medicinas todavía están en la farmacia, pues no las necesité y te confieso
Zacarías que presintiendo desde el mismo momento en que se me notificó la fecha
del juicio, lo que me iba a ocurrir, cuando fui a ver al médico ya llevaba el
escrito para el Juzgado, el cual hacía más de un mes que lo tenía preparado.
Todavía tengo dudas, pues quizás las medicinas me hubieran ido mejor. Siento en
el alma el tener que quedarme con la duda de por vida.
Es
decir, que al que no quiere caldo, yo Don PATROCINIO HERRERO ZAPATERO, le hago
beber tres o cuatro tazones.
No
se admiten más preguntas.
Ante
esto, todos guardaron un silencio sepulcral.
Don
Zacarías dijo que la segunda lectura se pos- ponía para un próximo
día y ordenó que menos los gatos que formaban la “Banda de los FESTINES”,
todos los demás debían abandonar la sala.
Una
vez que solo quedaron los gatos de los festines en la sala, tanto Don Zacarías
como Don Patrocinio y ante mi presencia les comunicaron que dejaban de realizar
los trabajos habituales y que pasaban a estar en todo momento a disposición de
Don Zacarías para los nuevos cometidos a realizar y que esa misma noche a las
cuatro de la mañana tenían que descargar un vehículo que llegaba de incógnito,
la descarga de este se realizaría en una de las naves que en uno de los lugares
más espeso de encinas hay, nave construida recientemente y desde ese mismo
momento tenían que trasladarse a ella, sin poder comunicárselo a nadie, por los
nuevos trabajos que vais a realizar os quintuplico el salario que hasta ahora
veníais recibiendo. Estos firmaron un nuevo contrato de trabajo con la mayoría
de las clausulas que en él constaban, clausulas que permanecerían en secreto y
que no podían revelar. Sin más, salieron por la puerta trasera acompañados por
Don Zacarías, el cual los llevo en la oscuridad y en el más absoluto silencio a
la nueva nave, donde permanecerían ocultos.
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